En 1946 Walt Disney encargó a Salvador Dalí la realización de un cortometraje animado de seis minutos de duración titulado Destino, basado en la canción homónima de Armando Domínguez.
El proyecto del que sólo llegaron a rodarse 20 segundos de prueba no cuajó, hasta que Roy Disney y el productor Baker Bloodworth decidieron en 2003 sacarlo adelante, partiendo de los bocetos e instrucciones que había dejado Dalí.
La breve historia animada, de algo más de seis minutos, cuenta los amores de una bailarina por un jugador de béisbol. Se conocen, se gustan, pero el tiempo, representado por el dios griego Cronos, se impone. No se puede escapar al destino, concluye el cuento animado.
El resultado de ‘Destino’ es una amalgama curiosa entre dos estilos que parecen opuestos, pero que gozan de tal flexibilidad que no han sufrido para al ser fusionados. Un rostro parecido al de Gala se anima con rasgos de las princesas de Disney y baila con un vestido de ensueño, mientras el mundo se destruye a su alrededor en pesadillas dalinianas. La música lo es todo en esta creación poética que parece un recorrido por los grandes éxitos del pintor surrealista pensado para la divulgación.
No hay comentarios :
Publicar un comentario